La contractura muscular es, como su propio nombre indica, una contracción de un músculo durante un continuado periodo de tiempo. Se trata de una contracción involuntaria permanente, lo que provoca que la musculatura esté en constante tensión. Normalmente, un músculo se contrae y se relaja, pero en algunos casos esa relajación no se produce y se mantiene hinchado y duro, es así que al tocar la zona, se puede notar un abultamiento, lo que normalmente llamamos “nudos”.

Las causas por las que aparecen son múltiples y van desde el sedentarismo hasta la realización de ejercicios extremos sin precaución pasando por el estrés. La realización de ejercicio físico de una forma controlada es un buen método para la disminución del estrés, el cuidado de músculos y huesos y el control del peso del cuerpo; por tanto, ayuda a prevenir las contracturas.

Según las estadísticas, las padecen 6 de cada 10 personas y no son graves, pero sí molestas y dolorosas, y nos pueden inhabitar para realizar diferentes acciones físicas.

Tipos de contracturas musculares

Existen dos tipos de contracturas musculares. Estas son:

– Durante al esfuerzo: Durante la realización de un ejercicio físico, nuestro organismo metaboliza una serie de sustancias activas para producir movimiento. Este proceso provoca que esas sustancias se transformen en sustancias inactivas o de desecho, llamados metabolitos. Si el esfuerzo es elevado, el organismo puede verse incapaz de depurar esos metabolitos y se acumulan en la fibra muscular, lo que provoca dolor en inflamación.

– Posterior al esfuerzo: En este caso la lesión se produce porque el músculo ha trabajado en esceso no puede volver a su estado de reposo debido al cansancio y fatiga acumulados.

Para poner remedio a este tipo de dolencia, lo más adecuado es cuidarnos lo máximo posible para minimizar sus efectos y acudir a un servicio de fisioterapia con el objetivo de reducirlas y acortar los plazos de recuperación.

El reposo como primer paso, los masajes, la aplicación de calor en la zona lesionada y la toma de antiinflamatorios prescritos por el médico son los métodos ideales para poner remedio a esta dolencia.