Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre. Tras varios ensayos con perros en enfermos con Alzheimer todo apunta a que el perro también es un amigo fiel de las personas con Alzhéimer.

Comunidades como Castilla la Mancha ya tienen instaurado un programa de atención a pacientes con alzhéimer con perros para mejorar su vida diaria. En Madrid, empiezan este mes de diciembre el proyecto ‘Emociones que dejan huella‘, para estudiar los beneficios que estas terapias pueden reportar a los pacientes. Hoy nos adentramos en cómo pueden mejorar la calidad de vida estos animales.

Tratamiento con perros: Múltiples beneficios

Los beneficios de las terapias con animales son múltiples. A nivel psicológico y emocional, les ayudan a evitar la soledad y les ayudan en la integración. La terapia con perros les ayuda a reducir la sensación de soledad. Les ayuda a relacionarse y sobre todo a no deprimirse. Son una conexión permanente con la realidad. La relación con estos animales les proporciona más calidad de vida. Ayuda a mejorar su atención y su capacidad de comunicación.

Pueden sentir a través de los animales si están tristes, si están contentos y son un punto de apoyo que siempre está ahí.

Frenar la pérdida de la memoria.

Uno de los objetivos que se buscan con las terapias asistidas con perros es frenar el deterioro cognitivo. Se utiliza el perro como base de aprendizaje para los pacientes de alzhéimer. Recordar datos como su nombre, los horarios del paseo, su color o su edad ayuda a frenar la pérdida de memoria.

El foco de atención de la terapia se centra en estimular las capacidades individuales que conserva cada participante, gracias al vínculo afectivo que se genera entre el perro y la persona mayor.

Los perros ayudan a crear vínculos

Acariciar al perro consigue que los pacientes de alzhéimer contacten con la realidad. Además, éstos se convierten en fuente de conversación entre las personas de la terapia. Este hecho, mejora sus relaciones sociales y fomenta la comunicación entre pacientes.

El afecto y compañía que supone tener un perro se incrementa en el caso de enfermos de alzhéimer. Además, son un nexo de unión que les ayuda a afrontar con tranquilidad situaciones nuevas y desconocidas.